jueves, 24 de febrero de 2011

AXIS MUNDI

El caminar hacia lo absoluto provoca una sensación de avanzar inexorable unida a una posibilidad de romper en cualquier momento de debilidad o de locura. Ello es debido al estado incipiente de trascendencia de la realidad. En un plano se rompen todos los límites pero quedan lazos que nos unen a lo contingente. Y en este plano hemos perdido ya muchas facultades. El pensamiento en especial evoluciona de lo analítico a lo simbólico. Todo acto en nuestra vida cotidiana es influenciado en mayor o menor medida por la nueva configuración interior. Exteriormente puede no haber diferencia pero en el fondo toda acción forma parte de una nueva totalidad cargada de sentido simbólico.
En este camino de transformación nos vamos convirtiendo nosotros mismos en un símbolo viviente. Al encontrar un centro nos erigimos en eje inmóvil alrededor del cual gira una realidad con diferentes grados de contingencia. Conseguir un estado de «pureza axial» sería un paso primordial para llegar a la realización del «hombre universal» . En este punto se pone a prueba la fortaleza interior. Ya no hay leyes que cumplir. No hay modelo que imitar, ya no vale nada que no sea definido por uno mismo. Se han roto las cadenas de la conciencia y un rango divino invade nuestra imaginación. Ahora somos nómadas de nuestro mundo interior...